LA RISA
Según Charles Darwin la risa tenía la función de comunicar a los demás un estado placentero que favorecía la cohesión social, lo cual era muy ventajoso para la supervivencia.
La risa aparece muy pronto en el desarrollo individual (la sonrisa aparece alrededor de las cinco semanas, y la risa, aproximadamente a los cuatro meses) y es un comportamiento reconocido universalmente. Esto parece indicar que todos los seres humanos están predispuestos genéticamente a desarrollar la habilidad de reír y percibir la risa en los otros.
La risa es una manifestación de alegría y bienestar y nos diferencia del resto de los animales. De hecho, suele ser uno de los rasgos que identifica a las personas con un alto nivel de inteligencia emocional.
En la mayor parte de las culturas, quienes gozan de un buen sentido del humor son personas bien consideradas. Por lo general, eran y son personas con una gran fortaleza interna, dinamismo y energía personal, capaces de superarse, creativas, empáticas y entusiastas. Las personas sabias son en realidad las que saben sonreír y reír mucho, porque saben mejor que nadie lo importante que es la risa para disfrutar de una mejor calidad de vida y gozar de la felicidad.
Los niños pequeños disfrutan de todo lo que les rodea sin preocuparse por nada que no sean sus propias necesidades; están en conexión directa con el presente, el aquí y el ahora. En cambio los adultos vivimos presionados por nuestras preocupaciones, nuestras creencias y obligaciones, que hacen que perdamos sin querer la espontaneidad.
Paradójicamente, cuando nos reímos de verdad no podemos estar preocupados: son dos estados antagónicos. Por ello podemos utilizar la sonrisa primero y la risa después, para cortar con los pensamientos rumiantes y preocupantes.
La risa nos ayuda a desinhibirnos, a vencer los miedos, las ataduras y los convencionalismos sociales de la sociedad en que vivimos. Vivimos sumergidos en preocupaciones y estrés y no nos damos un pequeño respiro. Cuando nos desinhibimos somos capaces de mostrarnos tal cual somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, de aceptarnos, de querernos, de enamorarnos de nosostros mismos, mimarnos y cuidarnos con cariño y con amor.
La risa es una actividad de grupo; parece ser que es más probable reír en grupo que solo. Aunque a veces nos sorprenda la risa al recordar algo que en su momento, nos hizo reír a carcajadas. La risa es contagiosa, igual que los bostezos; a menudo la risa en sí misma provoca que otros se rían. Cuando alguien empieza a reír a carcajada limpia, siempre hay alguien que a los pocos segundos también empieza a reír, los que están cerca comienzan a relajar los músculos de la cara y probablemente acaben riendo todos, con la característica de que cuanto menos apropiada sea la carcajada, más difícil será controlarla.
A lo largo de la historia muchísimas personas han intentado dar una explicación a la risa. Los primeros en intentarlo fueron Platón, Aristóteles, Cicerón, Bacon, Descartes, Freud, entre otros; sin embargo, hoy en día no disponemos de un modelo teórico explicativo de los aspectos fenomenológicos de la risa; disponemos de algunas teorías explicativas tales como la Teoría de la incongruencia, la Teoría de la superioridad, la teoría de la caricaturización, la Teoría de la actuación y la Teoría de la descarga emocional.
La Teoría de la descarga emocional expone que las personas podemos utilizar la risa como forma de descargar tensiones acumuladas en nuestro cerebro, tales como nerviosismo, aburrimiento, agresividad, temores...Los niños muchas veces, ante una reprimenda reaccionan con risas y cuantas veces los adultos hemos comenzado a reír en situaciones de nerviosismo, como por ejemplo, en un entierro, ante la bronca de un jefe o ante el desespero de alguien.
Si nos fijamos en los grupos sociales más desfavorecidos, podemos observar que la gente se ríe con mayor facilidad de su situación y de sus problemas. En este sentido, la risa se convierte en un mecanismo de defensa, para protegernos, insensibilizarnos y endurecer nuestros sentimientos frente a la desgracia propia o ajena. Algunos estudios demuestran que la risa y el buen humor influyen positivamente ante situaciones emocionalmente dolorosas.
Algunas frases para reír un poco:
"Tengo todos mis hijos de apellido distinto" (Jorge Distinto)
"Nunca pude estudiar derecho" (Jorobado de Nôtre Dame)
"No veo un pito" (una monja)
"Mi novia es una perra" (Pluto)
"Es mejor dar que recibir" (un boxeador)
"El que llegue primero será un feto" (un espermatozoide)
"En casa nos llevamos a patadas" (Kung Fu)
"Mi novio es una bestia" (la Bella)
"No a los golpes, si a los porrazos" (Bob Marley).
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