lunes, 2 de diciembre de 2013

CROMOTERAPIA

    


             La cromoterapia es una técnica de curación que se remonta a tiempos muy antiguos, practicada ya por egipcios, griegos y chinos. En estas culturas existía la creencia de que las vibraciones de las ondas cromáticas afectaban de manera directa a los órganos del cuerpo. Y a la inversa, el color del aura o de los campos energéticos del ser humano reflejaba el estado de salud del individuo.
                    Aunque en Europa no comenzó a utilizarse la cromoterapia en medicina hasta mediados de los años sesenta, ya en 1940 se demostró que el color rojo estimulaba la parte simpática del sistema nerviosos vegetativo, mientras que el azul actuaba sobre la parasimpática. Se supo, asimismo, que la luz roja aumentaba la fuerza muscular en más del trece por ciento, y que las plantas que crecían bajo una campana de color azul tenían un desarrollo más regular y más fuerte.
                  La existencia del color es algo que todos somos capaces de afirmar; sin embargo, la ciencia moderna ha podido demostrar que las células y los órganos del cuerpo poseen unas frecuencias vibratorias determinadas, y utilizan el espectro cromático para corregir los desequilibrios de las vibraciones del cuerpo y crear así un estado armónico. Newton, jugueteando con un prisma de cristal, observó que éste era capaz de descomponer la luz pura blanca, tal como nos llega a nosotros, en distintos rayos de color.
                        La cromoterapia o terapia del color es un método de tratamiento de fácil aplicación. Sólo se necesitan una lámpara y un filtro de un color determinado, según sea la dolencia que hay que tratar. Los colores empleados son puros, sin mezclas con otros colores, y los rayos coloreados deben incidir directamente sobre la piel. Sin embargo, la aplicación de la cromoterapia debe ser practicada por un profesional de la medicina para poder diferenciar una afección local de una general. Por ejemplo, una jaqueca puede aparecer a causa de un resfriado o bien ser el inicio de una afección neurológica grave.
                           Los colores utilizados en cromoterapia son los siete colores del espectro, rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta.

                                  La acción terapéutica de los diferentes colores sobre la piel es muy diversa:




VERDE.  Este color tiene efectos tranquilizantes y suavizantes de los nervios y del cuerpo en general.

ROJO.    Este color tiene un efecto estimulante sobre los nervios y la sangre. Es de gran valor en el tratamiento de la anemia, parálisis, tuberculosis, agotamiento físico y estados de debilidad del organismo. No deberá ser usado en casos de fiebre ni en estados inflamatorios, nerviosos o de excitación.

ROJO ANARANJADO.   Color beneficioso en los crecimientos cancerosos.

AMARILLO Y NARANJA.  Estos colores son estimulantes de los nervios. Son beneficiosos en los trastornos de la digestión, el estreñimiento y los trastornos pélvicos femeninos.

AZUL Y VIOLETA.  Colores sedantes y astringentes. Son tranquilizantes y suavizantes para el sistema nervioso y vascular; por tanto, son beneficiosos en los casos de nerviosismo e inflamación. Han demostrado ser muy valiosos en trastornos tales como neuralgia, ciática y alteraciones cerebroespinales.

Referencia:  Guía práctica de las medicinas alternativas. (Diversos autores).


     
                         

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